Hay estudios recientes que confirman que la salud bucal está estrechamente relacionada con el bienestar general.
Nuestra paciente Mercedes Rojas no solo lo descubrió, sino que vivió en carne y hueso las consecuencias de una infección que no sabía que tenía. Este es su viaje personal, desde la inseguridad y el dolor, hasta recuperar la confianza y tener esa sonrisa que solo en sueños se imaginaba.
Mercedes Rojas llegó a nuestra clínica pensando que su problema era meramente estético. Sí, sabía que tenía una boca que no le gustaba. De hecho no sonreía y si lo hacía se tapaba con la mano o bajaba el labio superior para esconder sus dientes.
Y es que un implante en mal estado y mal puesto había comenzado a afectar gravemente su salud: la encía se había puesto verde debido a una infección severa, y el implante dejó de ser funcional porque estético nunca había sido.
Así que lo que ella creía que era solo una cuestión de apariencia era, en realidad, un problema de salud. De hecho, “no tenía encía”, recuerda Mercedes.
El camino no iba a ser sencillo, pero el resultado superó todas sus expectativas.
Desde pequeña, Mercedes había tenido problemas dentales. A pesar de haberse sometido a ortodoncia durante muchos años por un incisivo central girado, su boca seguía siendo una fuente de inseguridad para ella.
Durante su búsqueda de una solución definitiva, pasó por cuatro o cinco clínicas dentales, pero las experiencias no fueron positivas: un implante puesto de aquella manera, encías que no cubrían las raíces y procedimientos invasivos sin consentimiento como el limado de uno de sus incisivos (sin su consentimiento).
“Os encontré buscando en Internet al mejor dentista del Ensanche de Vallecas y fue la mejor decisión que he tomado”, asegura Mercedes.
Desde dolores de cabeza constantes hasta evitar sonreír en público, su problema no solo afectaba su salud, sino también a su autoestima. En palabras de Mercedes: “Me tapaba con la mano al hablar o bajaba el labio para que no se vieran mis dientes.”
El equipo de la clínica le explicó desde el principio que la solución requeriría tiempo y precisión.
Entonces, Mercedes se sometió a varias fases de tratamiento que incluyeron:
Extracciones y reconstrucción: Se retiraron los dientes afectados y se realizaron injertos óseos utilizando hueso de la mandíbula y artificial y tejido del paladar.
Ortodoncia: Brackets para alinear y preparar la estructura dental.
Endodoncia y curetajes: Tratamientos para preservar y sanear piezas afectadas.
Implantes y carillas: Una transformación completa de su sonrisa, rematando con blanqueamientos y ajustes estéticos como reconstrucción de troneras.
Incluso hubo espacio para otras cirugías inesperadas. Mercedes menciona entre risas: “Ricardo, vuestro cirujano, me cosió la oreja porque el agujero del pendiente era demasiado grande. Ahora ni se nota la cicatriz y tengo un agujero nuevo y perfecto».
Aunque al principio pensó que el tratamiento sería largo y pesado, Mercedes descubrió que el tiempo había rápido y el proceso fue mucho menos doloroso de lo que imaginaba. “Fuimos paso a paso. Ahora no puedo creer que hayan pasado dos años. Estoy muy contenta y no recuerdo nada que fuese doloroso. Sí molesto como el principio de la ortodoncia pero poco más».
Mercedes se sometió a varias extracciones, una de ellas la del implante que estaba causando esa infección. Las extracciones las realizó nuestro médico estomatólogo y cirujano Ricardo Medina.
Para poner los nuevos implantes, hubo que regenerar el maxilar superior de Mercedes con un injerto de hueso propio de su mandíbula y también con hueso artificial. En cuanto a la encía, el doctor Medina realizó tres injertos de paladar.
El doctor Medina colocó dos implantes sustituyendo el implante que le había causado tantos problemas y también el diente natural extraído que estaba junto a él.
Nuestra ortodoncista Gema García llevó a cabo el estudio, la colocación y el tratamiento al completo de ortodoncia con brakets metálicos.
Mercedes sufre de periodontitis por lo que además de limpiezas, se somete con nuestra doctora Claudia Nastase a curetajes para eliminar la placa subgingival.
También, para tener una sonrisa perfecta, Mercedes quiso ponerse carillas de colmillo a colmillo en la parte superior de su boca de la mano de la doctora Claudia que, además de odontóloga general, es experta en Estética Dental.
El cambio en la vida de Mercedes fue mucho más allá de lo estético. De hecho, según nos comenta: “Ahora puedo sonreír sin complejos, aunque todavía me cuesta creer que estos dientes son míos.” Además, los dolores de cabeza que la acompañaron durante tanto tiempo desaparecieron por completo.
El resultado final ha superado todas sus expectativas. Mercedes, que en un principio pensaba que su boca no tenía solución, ahora se encuentra recomendando la clínica a amigos y familiares. “Ya han venido unas cuantas personas gracias a mis recomendaciones. Para mí, cada euro invertido ha merecido la pena.”
“No te quedes a medias como hice yo no solo tratando la infección y poniéndome los implantes. Para conseguir la boca que yo quería me puse ortodoncia y carillas y no puedo estar más contenta. Vamos que me miro al espejo y no me creo que sea yo. Por eso te aconsejo que vayas hasta el final y haz todo lo necesario para tener la boca que siempre has querido. La seguridad y la felicidad que ganas no tienen precio».
No dejes que el miedo o la inseguridad te detengan.
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